Todo ser
humano obra según sus necesidades y anhelos, e incluso somos
influenciados por nuestros miedos. Actuamos en base a ellos y las consecuencias son tanto buenas como malas. Ser libre,
primeramente, es ser dueño de tu vida. Esto significa que nadie más tiene
derecho a limitar nuestros pensamientos así como nosotros tampoco somos dueños
de los demás. A esto se le llama: la filosofía de la libertad...
El hombre
siempre ha tenido el deseo de saber y llenarse de conocimiento, aplicar la
sabiduría que nos forma para tratar de explicar la existencia de las cosas, de su realidad y
lo permanente de lo cambiante. De este amor al conocimiento, surge un dilema
que tratamos a diario: La libertad. Ésta pretende hacernos
actuar de acuerdo a nuestro pensar, nuestros deseos, miedos, y necesidades;
busca hacernos sentir cómodos y felices, sentir paz con nuestras acciones
“libres”. Como dice Frida Kahlo: “Pies, para que los quiero si tengo alas
para volar”. Esta frase es de una de las pintoras más
famosas de México, quien tuvo una vida llena de aventuras, inquietudes, alegría y éxitos. Esto es posible por que para ella, la libertad la cubría de pies a cabeza.
Todos buscamos y queremos sentir libertad, sentir ese placer de
complacer nuestros sentimientos, irnos y actuar como deseamos. Ese querer y ese deseo hacen que estemos en constante búsqueda de nuestra felicidad. Pero todos sabemos que toda moneda tiene dos caras, y en este caso debemos tener muy en cuenta que mientras queremos atrapar la alegría y felicidad, también nuestras decisiones podrían afectar a los demás.
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